El molluscum contagiosum o molusco contagioso es una infección vírica de la piel. Es una infección frecuente en la infancia. Afecta sobre todo a niños pequeños de entre 2-5 años y se estima que cada año tendrán la enfermedad alrededor del 5% de los niños. Es mucho más frecuente en niños con dermatitis atópica y en ellos además las lesiones producidas por la infección suelen ser más persistentes.

El virus se transmite a través del contacto piel con piel y objetos contaminados (por ejemplo, esponjas o toallas) y el mismo paciente puede “pasarse” la infección de un sitio a otro (conocido como fenómeno de autoinoculación). A pesar de lo aparatoso que puede parecer, hay que recordar que se trata de un proceso benigno y que muchas veces las lesiones desaparecen solas.  

Las lesiones típicas por moluscos contagiosos son pequeños “granitos” rosados, brillantes, de pocos milímetros de tamaño, con centro deprimido. Normalmente estas lesiones son asintomáticas, pero en ocasiones pueden producir picor o ardor. El número puede ser variable, desde pocas lesiones a más de 20. Muchas veces hay una placa de dermatitis o eccema alrededor, conocida como la dermatitis por molusco.  

Existen varias opciones de tratamiento, que se escogerán según la localización y aspecto de las lesiones, y las características del paciente. Cada opción tiene sus ventajas e inconvenientes, por lo que la elección debe ser consensuada entre los padres y el dermatólogo. El tratamiento puede ser de 3 tipos: 

  1. Métodos físicos. Se basan en la destrucción directa de las células infectadas por el virus. Se realizan en consulta médica y para que el niño esté más cómodo muchas veces se aplica crema anestésica previamente. Entre ellos el más empleado es el curetaje, que consiste en eliminar la lesión mediante una “cucharita” o cureta.  Otras opciones de tratamiento físico o “destructivo” son la extrusión manual o la crioterapia.  
  1. Tratamientos tópicos. El tratamiento con hidróxido potásico al 5 o 10% (molutrex ®, molusk ®, o molusinkid ®) se puede realizar en casa, siempre teniendo en cuenta las instrucciones del médico y evitando su aplicación en cara, pliegues y zona genital. En consulta, se puede valorar la aplicación de fórmula de cantaridina. 
  1. No hacer nada. Es algo perfectamente válido, teniendo en cuenta que las lesiones suelen desaparecer solas. No sabemos cuándo lo van a hacer, pero de media las lesiones se resuelven en 13 meses, aunque casi un tercio de los pacientes tendrán lesiones pasados los 18 meses.  

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